Nosotros

Nosotros no somos una religión, somos una Doctrina donde se nos enseña a conocer y amar a Dios como Espíritu Santo.

La preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, que sólo representada, en Egipto, libró a los Israelitas; el brazo fuerte de Dios, nos libre, nos guarde, nos defienda de todo cuanto no podamos librarnos, ni guardarnos en este día, en esta hora y en todo lo restante de nuestra vida.

Dios Padre Confesión.

Dios hijo Comunión.

Dios Espíritu Santo Extremaunción.

Espíritu altísimo de la Santísima Trinidad, dadnos, Señor y Dios nuestro, tu sagrada y divina bendición; la de tu poder, que es la de nuestro Padre  Eterno, la de tu poder que es la de nuestro Padre Jesucristo, la de tu poder que es de la misma luz del Espíritu Santo, Trino y uno en verdad. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amo a Dios Padre, amo a Dios hijo, amo a la misma luz del Espíritu Santo, Creo en Dios Padre, Creo en Dios Hijo, Creo en la misma luz del  Espíritu Santo, Espero de Dios Padre, Espero de Dios hijo, Espero de la misma luz del Espíritu Santo, Señor Dios Todopoderoso, creador del cielo, de la tierra, y de todo lo visible y lo invisible. Señor nuestro por ser vos quien sois y porque nos amas nos pesa de todo corazón, el haberos ofendido y el haber ofendido a mi semejante y hermano. Yo me propongo hacer cuanto estuviere de mi parte, para no ofenderos más y enmendarme de todas mis faltas; pero contando con el auxilio de tu divina gracia y con los medios de mi amado Jesús, por quién fui redimido y llevado a la luz verdadera, me dispongo a sufrir, con paciencia, las mortificaciones que te dignares enviarme por mis culpas en beneficio mío.

Así como te suplico, Señor, confío en que nos perdonaréis y llenaréis de tu divina gracia.

Así sea, así se haga, así esperamos que sea.

Luz que iluminas el solio de mi Padre, ilumina  las tinieblas de los que en ellas se encuentran.

Desde tu trono, Supremo sér, apiádate de los que están sufriendo. Cetro del poder baja y aquieta la naturaleza y obra milagros entre tantos que sufren.

Dios de bondad y de clemencia, que sufristeis por el mortal, cruel sacrificio; por él sangre derramasteis, una gota de esa sangre derrama  cual bálsamo, sobre la desgracia que aqueja a la humanidad.

Padre amado, Supremo Hacedor que en el hueco de tu divina mano tienes el destino del mundo y del mortal; con el índice, Señor, señala el bien a la humanidad y con la diestra expele de ella su desgracia y su maldad. Mira, Señor, nuestros ojos lloran al ver cómo sufren nuestros hermanos; cómo te piden que tu clemencia y misericordia los acompañe. Padre, Padre; extiende tu diestra, y con tu santo manto cubre a la humanidad.

Así sea, así se haga, así esperamos que sea.

De la mansión celeste donde moras, manda Señor, tu aliento santo, sobre nosotros, que en nuestras más terribles y penosas horas podamos elevar nuestro pensamiento hacia Tí.

Tú que riges desde lo alto las acciones con tu divino y celestial poder, haz Señor que corrijamos nuestras imperfecciones; y lleguemos tu doctrina a conocer.

Qué si con querer tan sólo, nos formastes para venir a cumplir tu santa voluntad, o acaso de la nada nos sacaste para habitar sin Tí en la obscuridad? No, Señor.

Desde el alto firmamento, mándanos un rayo de tu divina luz,  que nosotros recibiremos siempre contentos lo que Tú nos destines por nuestra cruz.

Aquí, postrados en el polvo inmundo te pedimos tu santa bendición, para que, en las miserias de este triste mundo, obtengamos tu divina protección.

No, señor; no nos dejes en la desgracia, líbranos por tu amor y guíanos siempre por tu divina gracia, para que podamos habitar en este valle terrenal.

Así sea, así se haga, así esperamos que sea.

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